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Ruta de investigación de un brote de casos de diarrea: 2
18 February 2015La selección de los animales destinados a la toma de muestras y/o necropsiados es una etapa crítica en el proceso diagnóstico. En caso de un brote de diarrea las muestras pueden ser colectadas de animales enfermos, sanos o eutanasiados. (Conclusión de una serie de dos artículos).
Presentación de Decuadro-Hansen, Virbac, Francia, durante la II Jornada de Actualización Porcina, Chile, noviembre 2014.
Identificar los animales para la colecta de material
Seleccionar los corrales con índices de diarrea y en estos, 3 a 4 cerdos, de preferencia en la fase aguda de la enfermedad y en el inicio de la diarrea: estos son los animales candidatos a ser eutanasiados o servirán para la toma de muestras in vivo. Siempre hay que escoger a los animales que acaban de empezar con la diarrea clínica pero que todavía no están deshidratados o altamente deprimidos (importante en síndromes entéricos de base viral).
No debería colectarse material de los retrasados o del corral “hospital”. Es importante poder realizar la toma de muestra en por lo menos 3 animales. Cuando las condiciones lo permitan el envío de animales vivos constituye el método ideal.
Un problema frecuente son las medicaciones en el alimento o en el agua de beber usadas en rutina y/o al constatar que el porcicultor estaba medicando los animales y que llamó al veterinario porque no conseguía resolver el problema. Por ese motivo es siempre “prudente” solicitar al laboratorio de incluir en los exámenes de laboratorio una búsqueda de “presencia de antibióticos”.
Este tipo de investigación puede ser realizada fácilmente por cultivo de un disco de antibiograma sin antibiótico embebido en el corte de un riñón del cerdo eutanasiado a los efectos de observar si existe en una caja de Petri sembrada con una bacteria padrón un halo de inhibición testigo de excreción antibiótica vía renal.
En granjas “problema” la toma de muestras de animales vivos puede ser realizada a partir de heces o sangre:
a) A partir de heces: este tipo de examen es interesante con objeto de estudios epidemiológicos y de control de la evolución de la sensibilidad antibiótica de las cepas de la granja. Este test requiere muestras de 10 a 15 animales (colecta directa da ampolla rectal o por hisopo) destinados a detección de patógenos y exámenes posteriores (factores de virulencia, antibiograma, sensibilidad a antibióticos, etc.).
Para detección de colibacilos responsables de la enfermedad del edema el hisopo rectal no es el material ideal y generalmente requiere métodos especiales destinados a poner en evidencia el agente como un pre-enriquecimiento de las muestras de las heces y un PCR posterior.
Las muestras fecales almacenadas en tubos plásticos o enviadas al laboratorio en hisopos deben ser transportadas refrigeradas y de preferencia ser testadas por diferentes técnicas: aislamiento clásico y PCR por lo menos.
Esta última técnica de alto interés para diagnostico de patógenos entéricos presenta una sensibilidad baja (Lawsonia) a muy baja (Salmonella) (Guedes). En caso de investigación de subclínicos (por ej. nulíparas ingresadas en un cuarto sitio o en granja comercial) la baja sensibilidad así como la excreción reducida de agentes patógenos por vía fecal (por ej. Brachyspira) hace necesario la colecta de un alto número de muestras así como el uso de métodos de cultivo en laboratorio capaces de detectar un número bajo de bacterias (Bishop).
b) A partir de sangre destinado a estudios de la fase probable de infección, por ejemplo, detección de animales subclínicos con Lawsonia, por Elisa test. Es una técnica de alta sensibilidad frente al PCR fecal (Guedes).
PCR y falsos negativos
El envió de material de necropsia y de hisopos de animales con signos de diarrea así como de sangre permite al veterinario ampliar las posibilidades de diagnóstico y tener una visión global de la granja en caso de un brote de diarrea. A los efectos de reducir los costos (PCR), puede realizarse el pool de heces con 3 a 4 animales siempre y cuando los mismos presenten signos clínicos agudos de la enfermedad, sin embargo no debe usarse en caso de enfermedad subclínica.
El profesional veterinario debe estar consciente que los resultados transmitidos por un laboratorio diagnóstico no son sistemáticamente lo que esperamos….en efecto en práctica veterinaria los falsos negativos son importantes y se deben sobre todo:
1) a que los animales seleccionados no eran los ideales para la toma de muestra,
2) o lo eran pero estaban medicados o en una etapa crónica de la enfermedad o finalmente
3) a que las muestras fueron conservadas en condiciones no ideales.
La observación de hemólisis y el serotipado son las técnicas clásicas para caracterizar a las cepas patógenas de E. coli, sin embargo en varios casos clínicos estos criterios se revelan insuficientes para avaluar la virulencia de la cepa. La ausencia de hemólisis no es un criterio de eliminación de una cepa patógena de E. coli. El uso del PCR adquiere en estos casos una gran importancia (Leguennec).
En este último año la profesión veterinaria ha enfrentado en el continente norteamericano, en América Central y parte norte de América del Sur un brote de diarrea epidémica porcina (PED o DEP). En poblaciones libres del virus el diagnóstico clínico se basa en el aspecto claramente epidémico de la enfermedad con vómitos y diarreas en todas las fases etarias así como mortalidades importantes en maternidad.
Lamentablemente los hallazgos de necropsias no son patognomónicos semejantes a la TGE o a la rotavirosis y se limitan a una enteritis catarral con asas intestinales congestivas y distendidas con gases y un contenido amarillento así como hipertrofia ganglionar mesentérica.
De hecho el recurso del laboratorio es de valor y en aquellos países en donde los métodos diagnósticos no están disponibles es de alto valor recurrir a la histopatología para detectar la atrofia de vellosidades intestinales.
Evaluar las lesiones de los animales necropsiados
Existen pocas lesiones macroscópicas patognomónicas en patologías entéricas, sin embargo no podemos ser tan categóricos para el examen microscópico por histopatología el cual es en varias ocasiones sugestivo para confirmar una sospecha de necropsia.
En regla general se colecta material para aislamiento e identificación así como para histopatológico: segmentos intestinales y fragmentos de hígado y ganglios mesentéricos los cuales deben ser enviados al laboratorio de diagnóstico refrigerado o fijados en formalina 10%.
Para histopatológico la colecta de las áreas lesionadas en especial en la zona de transición entre área lesionada y sana permite guiar al patólogo. Para histopatología o IMHQ , los fragmentos de intestino deben tener de 2 a 3 cm de longitud y proceder de 2 porciones del íleon, entre 4 y 5 del yeyuno, uno del ciego, uno del colon proximal y 2 del colon espiral y estar fijadas en formalina (al 10%) en bolsas o recipientes de plástico. También deben enviarse ganglios mesentéricos y fragmentos de hígado.
Para bacteriología, examen PCR y virología, los fragmentos deben ser de 10 a 15 cm de longitud del íleon y yeyuno y las porciones restantes del ciego y colon espiral y pueden enviarse en una bolsa de plástico. Los ganglios mesentéricos y fragmentos de hígado deben enviarse en bolsas separadas, para evitar contaminaciones.
El diagnóstico de laboratorio necesita de técnicas específicas como: cultivo de Salmonellas, Colibacilos y Campylobacter, PCR o inmunofluorescencia para Lawsonia y Brachyspiras, exámenes directos para parásitos, histopatología para Lawsonia, Brachyspira, y PCV2, IMQ o hibridación in situ para PCV2, uso de colorantes especiales a base de plata, o el método llamado de coloración de “vago” para colitis (violeta de metilo y mercurocromo).
Conclusión
El diagnóstico diferencial de las diarreas en la fase de recría y engorde es complejo requiriendo del veterinario, atención y discernimiento. Mismo teniendo en cuenta el carácter multifactorial de las diarreas, el diagnóstico correcto continua siendo la llave del éxito y adquiere mayor importancia en nuestros días a los efectos de preservar la sensibilidad de los agentes patógenos al arsenal terapéutico disponible.
El veterinario debe confrontar las observaciones clínicas de granja con los resultados obtenidos en el laboratorio para emitir las diferentes hipótesis diagnósticas. No podemos olvidarnos que los factores de manejo y sanitarios modifican la aparición y la frecuencia así como la gravedad de los síntomas clínicos.
Bibliografía
Bishop B, Kinyon J, Burrough E, Peirdon M . Comparison of the isolation of Brachyspira hyodysenteriae from various transport and selective media. AASV 2013 p 91-95.
Guedes, R.M.C.1; Gebhart, C.J.2: ASPECTOS ATUAIS SOBRE A DETECÇÃO DA INFECÇÃO PELA
Lawsonia intracellularis EM SUÍNOS 10 o Cong. Abraves 2001.
Leguennec J, Perez N, Pathologies digestives en post sevrage et engraissement, point de vu d un praticien Français, point de vu du laboratoire diagnostic. AFMVP 2008, p 45-83.
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