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La carrera contra las bacterias: vínculo entre producción ganadera y medicina humana

04 March 2014

La última década ha sido testigo de cómo las autoridades veterinarias abordan el uso rutinario de los medicamentos antimicrobianos y prescriben un uso más juicioso. Pero, ¿cómo puede esto beneficiar a la salud humana y cuáles son los riesgos de no hacerlo? Escribe Michael Priestley, editor de TheCattleSite. (Segunda parte de una serie de cinco artículos).


bacteria en cerdo, el sitio porcino, chris wright editorEste segundo artículo de la serie explora la adaptación de las políticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).

Se hace un resumen de los medicamentos más importantes dado que el peligro reside en no conseguir conservarlos.

Los riesgos de la resistencia

Un humano con una infección resistente estará enfermo durante más tiempo, tendrá un riesgo más alto de fallecer y el coste de su tratamiento será mayor a la vez que aumenta el riesgo de que se propague la infección.


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"Los antibióticos están perdiendo eficacia a un ritmo que es tanto alarmante como irreversible, similar a lo que ocurre con el calentamiento global".
Catedrática Sally Davies, 2012

La preocupación por parte del sector ganadero es que el desarrollo de patógenos resistentes en las unidades avícolas y porcinas afecte a la salud humana.

Esto presiona a los sectores ganaderos, lo que pone en peligro a la seguridad alimentaria dado que las tasas de mortalidad en granja aumentan. Se está incurriendo en un riesgo considerable de tener pérdidas de rendimiento si un cerdo muere por una infección antes de alcanzar el peso para su sacrificio, las vacas sucumben a la enfermedad a mitad de la lactancia o las ponedoras mueren antes de tener una vida totalmente productiva.

La Consejera Delegada de Medicina de Inglaterra, la catedrática Sally Davies, ha vinculado recientemente la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos con la del calentamiento global y la del terrorismo.

Esta preocupación salió a la escena mundial en 2013 cuando los políticos centraron su atención en la resistencia a los antimicrobianos cuando se hizo la programación de la cumbre del G8.

Los ministros de Ciencia del G8 hicieron público un comunicado en el que se prometía un acción colaboradora para "preservar la eficacia de los agentes antimicrobianos existentes, en parte a través de evitar su mal uso y mediante la optimización de las prácticas de prescripción en nuestros respectivos países".

¿Qué se ha hecho?

Los responsables de crear políticas y los expertos sanitarios están lanzando ahora planes nacionales de salud para promocionar un uso más responsable de los antimicrobianos que se prescriben para combatir las enfermedades tanto en seres humanos como en animales. Parte de la filosofía es que prevenir las infecciones es más sostenible que curar infecciones con antibióticos.

Se enfatizó el mal uso de los antibióticos a nivel mundial en 2001 cuando la OMS vinculó la resistencia a los antimicrobianos con el "uso inapropiado" de los antibióticos como, por ejemplo, la prescripción de tratamientos más cortos o las dosis por debajo de la óptima.


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"Cuando se decide usar antimicrobianos para una terapia, los veterinarios deberían optimizar la eficacia terapéutica y minimizar la resistencia para proteger la salud pública y animal".
Asociación Veterinaria Estadounidense - EUA

En 2003, un grupo de expertos formado por miembros de la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendaron que la OMS y la OIE desarrollaran una lista de medicamentos antimicrobianos de importancia fundamental para seres humanos y animales, respectivamente.

La lista de la OMS se publicó oficialmente en 2007 y se actualiza regularmente para garantizar que los tratamientos más eficaces de la medicina moderna sigan disponibles tanto tiempo como sea posible.

Los medicamentos de "importancia fundamental" se dividen en las siguientes clases:

• Quinolonas
• Cefalosporinas de tercera y cuarta generación
• Macrólidos
• Glicopéptidos

Los medicamentos en la lista fundamental incluyen aquellos relativos tanto a humanos como a animales. Pero, aunque los medicamentos y microbios que tratan tienen similitudes en las especies animales y los seres humanos, el efecto que la producción ganadera está teniendo en la resistencia a los antimicrobianos y las infecciones merece un gran debate.

Vinculación entre seres humanos y animales

La transferencia de enfermedades entre seres humanos y otras enfermedades se conoce como zoonosis. Dos patógenos zoonóticos resistentes fundamentales son el Campylobacter y la Salmonella.

Hay desacuerdo sobre cuánta contaminación en los humanos surge de las bacterias de los entornos ganaderos. Sin embargo, sí hay consenso en que existen posibilidades de que ocurra.

Las muestras de humanos en 2010 mostraban Salmonella con resistencia alta a ampicilina, tetraciclinas y sulfonamidas.

La repercusión de este hecho no es tan grande como la resistencia a la cefotaxima (una cefalosporina de tercera generación) y la ciprofloxacina (una fluoroquinolona), ambas clasificadas como de vital importancia y de las que se informó una resistencia "relativamente baja".

Los resultados aparecieron en un artículo de la publicación científica de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (del inglés, EFSA) en 2010 que resumía la resistencia de bacterias indicadoras de humanos, animales y alimentos. Esto se tradujo en centrar la atención en las bacterias E.coli, Salmonella y Campylobacter.

El informe suministró cifras que mostraban como la producción avícola era la principal fuente de bacterias resistentes.

Alrededor de un cuarto (28%) de los aislamientos de Salmonella en pavos y el 24% de los pollos de engorde resultaron ser resistentes a la ciprofloxacina. La resistencia de los aislamientos de E.coli fue del 29% en pollos de engorde y del 2% en cerdos.

Se observó una resistencia generalizada del Campylobacter a la ciprofloxacina, desde el 37% hasta el 85% ganado bovino, ganado porcino y aves.

El Campylobacter jejuni supone una amenaza en el pollo crudo que puede llevar a problemas gastrointestinales en los seres humanos. La resistencia del Campylobacter se vincula sobre todo a fluoroquinolonas y a macrólidos.
El Campylobacter jejuni supone una amenaza en el pollo crudo que puede llevar a problemas gastrointestinales en los seres humanos. La resistencia del Campylobacter se vincula sobre todo a fluoroquinolonas y a macrólidos.

Una de las formas en las que los patógenos resistentes llegan a los humanos es a través de la cadena alimentaria. Normalmente, a través de carnes crudas y leche sin tratar. Un ejemplo es el Campylobacter jejuni en la carne de ave que, si no se cocina bien, puede ser mortal (cada año, solo en EUA fallecen 100 personas por este motivo).

Igualmente, las cepas de Salmonella suponen una amenaza a través de los alimentos para la salud humana que hoy en día causan decenas de millones de infecciones cada año desde que se informara de las primeras cepas resistentes a principios de los 90.

Las precauciones en inocuidad alimentaria, como la pasteurización de la leche y asegurarse de que se cocina el pollo adecuadamente, se recomiendan como medidas básicas contra las bacterias presentes en los alimentos.

El informe de EFSA afirmó que: "La resistencia a los antimicrobianos se encontró normalmente en aislamientos de Salmonella, Campylobacter y el indicador E.coli y enterococos de animales y alimentos en la Unión Europea".

La resistencia a ampicilina, sulfonamidas y tetraciclinas se reportó en un nivel tan alto como hasta de un 75% para Salmonella. En el caso del Campylobacter, la resistencia a la ciprofloxacina, el ácido nalidíxico y las tetraciclinas se sitúo entre el 21% y el 84%.

Riesgo ocupacional

Pero los peligros están más allá de los alimentos. También existe el riesgo ocupacional, que puede ser mayor donde hay vínculos con un gran uso de antimicrobianos, como por ejemplo en los sistemas ganaderos. Esto plantea una amenaza para los ganaderos y la gente que trabaja con ellos dado que están en contacto habitual con los antimicrobianos.

La OIE reconoce que la resistencia a los antimicrobianos como una preocupación tanto para la salud animal como para la humana y sigue a la OMS en su esfuerzo de garantizar que los veterinarios y productores utilicen los antimicrobianos de forma responsable para conservar su efecto terapéutico.

Para conseguir este fin, la OIE ha redactado una lista de los antibióticos que tienen una importancia fundamental para proteger la salud animal y establecer estándares de monitoreo que cuantifiquen el uso de medicamentos y los niveles de resistencia porque, aunque la repercusión general de la agricultura en la resistencia a los antimicrobianos sea cuestionable, la capacidad para controlar las infecciones en la producción de alimentos es fundamental.

Lea más

Vea la primera parte de esta serie “Resistencia a antibióticos: la carrera contra las bacterias“, al hacer clic aquí.

Marzo 2014

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