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PED: una enfermedad no tan nueva en Europa
14 January 2015El virus de la diarrea epidémica porcina (del inglés, PEDV) ya ha afectado a la cabaña porcina en varios países de las Américas y, aunque Europa no ha sufrido aún el golpe de un brote de esta enfermedad, comienza a preocupar. Escribe Nuria Martínez Herráez, editora de El Sitio Porcino.
El XXXV Simposio de la Asociación Nacional de Porcinocultura Científica (ANAPORC), España, dedicó tiempo a esta enfermedad que podría llegar a afectar gravemente al principal motor de la ganadería española: el sector porcino.
El virus de la diarrea epidémica porcina (del inglés, PED) es un viejo conocido de los porcicultores europeos. No se trata de una enfermedad emergente sino de una nueva versión “mejorada” de un virus que se vio por vez primera en el Reino Unido en 1971 y que guardaba semejanzas con la gastroenteritis transmisible del cerdo (del inglés, TGE), según explicó el Dr. David Taylor, profesor emérito de la Universidad de Glasgow (Reino Unido) en el Simposio celebrado en Valladolid (España) el pasado mes de octubre de 2014.
Desde que el virus se describió por primera vez en 1978 en Bélgica (llamado PED CV777) se han seguido produciendo brotes de la enfermedad en Europa. En Asia, se identificó este virus y la vacunación ha ayudado a contenerlo. Sin embargo, en China aparecieron nuevas variantes de este virus y una de ellas se propagó hasta las Américas. La vacunación que existía, no ha evitado las infecciones por esta nueva variante.
Bioseguridad: la herramienta clave contra el PEDV
Según Taylor, las propiedades que caracterizan a este virus, que se propaga entre animales con facilidad a través de purines contaminados y es capaz de sobrevivir a temperaturas muy bajas, hacen de la bioseguridad una herramienta clave para evitar la entrada del virus a países o, incluso, continentes.
Además, el experto señaló que, a pesar de que el virus es un viejo conocido en Europa por la cepa clásica que ya afectó a la cabaña europea hace años, alrededor del 95 por ciento de las piaras europeas son susceptibles de contagiarse por el nuevo virus si éste apareciera en Europa. De ahí que sea muy importante que los porcicultores europeos comiencen a tratar de evitar la entrada del virus en el continente europeo.
Taylor señaló que las vías de propagación del virus son numerosas. Entre ellas, destacan la capacidad de propagación entre animales (por ejemplo, de lechón a lechón, de la cerda al lechón, por alimentos balanceados o agua contaminada con el virus desde heces contaminadas, entre otras), la propagación del virus en las granjas (a través del movimiento de animales infectados entre edificios, de un corral a otro, indirectamente a través de aerosoles, personas, alimentos balanceados, etc.) e, incluso, entre diferentes granjas porcinas (a través del movimiento de cerdos portadores del virus, que pueden portarlo por hasta 56 días; a través de fómites contaminados o aerosoles, que pueden transportar el virus hasta 15 kilómetros, etc.).
El hecho de que el virus sea muy resistente a la las bajas temperaturas favorece la propagación en épocas de tiempo frío.
¿Cómo frenar la propagación del virus entre distintas zonas geográficas?
Taylor explicó que el virus puede entrar en países o continentes en los que todavía no está presente a través del movimiento de animales que sean portadores, de fómites como la ropa, de alimentos balanceados, de semen o embriones e incluso planteo la posibilidad de que las aves migratorias pudieran portar el virus por largas distancias y desplazarlo entre lugares alejados geográficamente.
Existen diferencias tanto en las explotaciones como en los animales que hacen que el nuevo virus pueda propagarse en la actualidad y causar estragos, como ha ocurrido ya en Estados Unidos. Entre ellas, destaca que la inmunidad de las cabañas porcinas actuales no existe frente a la nueva cepa mientras que sí puede darse contra la cepa CV777.
Por otro lado, las granjas porcinas de hoy en día tiene un tamaño mucho mayor al de los años setenta, tanto en EUA como en Europa. Este hecho facilita que un mayor número de cerdos se infecte de una sola vez.
A pesar de que medidas de bioseguridad eficaces como el lavado de los camiones que transportan a los animales es hoy en día necesario, no siempre se lleva a cabo, favoreciendo la propagación del virus entre diferentes instalaciones porcinas.
¿Qué se puede hacer para prevenir la entrada del PEDV? Taylor indicó que la bioseguridad es, sin duda alguna, la mejor herramienta disponible.
Medidas específicas
El británico señaló diferentes medidas para evitar la entrada de la enfermedad a tanto en un país o continente como en una granja porcina. Algunas medidas importantes que señaló fueron:
- No importar cerdos portadores del virus (fijarse en el historial de PED del país desde el que se importan o de la granja de origen y buscar resultados negativos de serología por PCR). Aplicar los mismos criterios para la importación de semen o embriones.
- Garantizar que ni los alimentos balanceados ni los ingredientes que se han usado están contaminados por el virus.
- Evitar la entrada de aves y otros animales que puedan ser portadores del virus.
- Si es necesario, contar con vehículos de uso exclusivo en el interior de la granja porcina.
- No comprar cerdos para la granja que puedan ser portadores (siguiendo el mismo criterio en el que se basa la importación de cerdos).
- Asegurarse de que el personal no tiene contacto con otros cerdos fuera de las instalaciones. Asegurar que los visitantes a las granjas no lo han tenido tampoco.
- Duchas para el personal y los visitantes de modo que pueda ducharse antes y después de salir de las unidades con animales.
Taylor explicó que si el virus ya entró en las instalaciones y se ha declarado un brote en la granja, el manejo de la enfermedad es clave también para evitar que el virus se propague más en la misma granja o fuera de ella.
En este caso, es necesario el aislamiento de las cerdas y la desinfección y limpieza de los edificios o áreas que puedan estar contaminados. Se debe controlar a los roedores que pueden propagar el virus y ser cuidadosos con el uso de ropas concretas para trabajar en las instalaciones y su posterior desinfección. El lavado de manos antes y después de trabajar es fundamental y necesario por parte de los trabajadores.
Taylor concluyó su intervención en el simposio diciendo que la introducción de nuevos virus en un territorio puede traer como consecuencia brotes de enfermedad graves.
Según Taylor, la bioseguridad, tanto a nivel nacional como continental puede ser la clave para mantener al virus a raya y fuera de un territorio en el que todavía no está presente, además de evitar la entrada en las granjas o su propagación dentro de una granja ya afectada.
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