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Salud intestinal y manejo de los cerdos
23 January 2015Satisfacer las necesidades de los cerdos y protegerlos de las enfermedades a través del manejo y la nutrición son conceptos claves para alcanzar el máximo potencial genético de los cerdos, disminuyendo los costos. Un manejo y una nutrición correctos también son prerrequisitos para el éxito en la producción, especialmente durante tiempos difíciles.
La palabra clave para la salud de los cerdos es prevención a través de la higiene y la vacunación.
Las medidas preventivas constituyen inversiones menores en comparación con los altos costos de enfermedades específicas.Las defensas corporales son sistemas complejos que deben respaldarse mediante la vacunación.
Estas defensas también deben protegerse de toxinas que debilitan. Una nutrición correcta, en cambio, favorece el establecimiento de un intestino sano.
Setenta por ciento de los anticuerpos circulantes se originan en el intestino. Varios patógenos son capaces de disminuir la inmunidad a través de acciones indirectas y directas. Algunos antibióticos y la mayoría de las micotoxinas disminuyen la inmunidad y causan enfermedades subclínicas que siempre derivan en pérdidas de desempeño productivo.
Una consecuencia bien conocida de la depresión inmunitaria por micotoxinas es la activación de procesos crónicos. Estos han sido documentados en Erysipelotrix rhusiopathiae, infecciones derivadas (erisipelas, erysipele, rotlauf, mal rosso, vlekziekte), salmonelosis, colibacilosis, estreptococosis, disentería porcina y campilobacteriosis causada por la subregulación de la respuesta a la vacuna.
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Un intestino sano disminuye la estimulación inmunitaria, evitando así cualquier pérdida innecesaria de energía y proteínas, aumentando a la vez la disposición del animal para responder a desafíos de enfermedades reales y específicas. Un intestino poroso también es consecuencia de algunas micotoxinas que conducen a un debilitamiento de la barrera de la pared intestinal frente a toxinas y bacterias.
Desarrollo del aparato digestivo
El aparato digestivo de un lechón madura lentamente. Inicialmente pasa por un incremento del pH estomacal antes de que se establezca la microflora intestinal y se produzcan las enzimas digestivas.
La acidificación contribuye a la colonización temprana del intestino joven con cepas bacterianas útiles que aportan competencia frente a bacterias patógenas. Esto da tiempo al lechón para desarrollar un sistema fuerte que le permita defenderse frente a desafíos bacterianos y procesar los nutrientes de manera eficiente.
El desarrollo de un sistema inmunocompetente eficaz es fundamental para la salud intestinal. El uso de fitógenos comprobados en el animal maduro mejora la salud intestinal, con efectos beneficiosos en la flora intestinal deseable, el consumo y la conversión de alimentos. Los fitógenos también son capaces de mejorar la reacción antioxidante de las células intestinales y disminuir los procesos inflamatorios.
Endotoxinas
De especial interés para los productores de cerdos es la participación de las endotoxinas en, por ejemplo, el síndrome mastitis-metritis-agalactia en cerdas o el síndrome de muerte súbita en lechones. Estos son sólo dos ejemplos de enfermedades asociadas a endotoxinas que pueden causar pérdidas financieras y más trabajo para los productores.
Sin embargo las endotoxinas no causan enfermedades de manera independiente, excepto en el caso de las infecciones sépticas. Más bien, representan la consecuencia de una enfermedad subyacente o una “sobrecarga del sistema”. Existen productos para unir estas endotoxinas en el intestino y así reducir los efectos negativos en el animal.
Micotoxinas
Las micotoxinas se dirigen a muchos órganos y tejidos del cerdo, siendo los principales el hígado, intestino, riñones y tejido inmunocompetente. La consecuencia es un menor desempeño productivo y mayor sensibilidad a los patógenos. En cerdos los síntomas a menudo están latentes y se pueden manifiestar en animales debilitados con sensibilidad reducida a vacunas y antibióticos.
Debe prestarse mucha atención a las llamadas enfermedades “condicionadas”—por ejemplo erysipelas, E.coli, Salmonella, influenza, Pasteurella y Streptococcus. Estas enfermedades son desencadenadas por un estímulo de estrés. Las micotoxinas han demostrado ser una condición suficiente y necesaria para disparar dichas infecciones.
El objetivo: carne de calidad
La carne de buena calidad es el resultado de permitir que las bacterias desempeñen su papel en la correcta maduración de la carne sin ser perjudiciales para el consumidor.
Los cerdos deben protegerse de las toxinas que debilitan las defensas intestinales e inmunitarias a través de la acidificación o favoreciéndolos con el uso de bacterias benéficas.
Las sustancias fitógenas contrarrestan la inflamación y permiten al animal alcanzar su potencial genético a través de una mejor digestión, absorción y uso de los nutrientes esenciales. Un alimento correcto asegura máxima calidad en la carne.
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