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Especialista recomienda atención al hígado de cerdos para asegurar que no se comprometa el desempeño
06 July 2021El hígado tiene una gran responsabilidad en el proceso de producción de proteínas de los animales. El órgano participa en la degradación de sustancias tóxicas y la producción de bilis, que ayuda a digerir las grasas. Augusto Heck, Gerente Técnico de Cerdos de Biomin, agrega que en los fetos el órgano participa también en la producción de las células del sistema inmunológico.
“Un hígado sano asegura la síntesis de proteínas importantes, como la albúmina, además de ser un reservorio de hierro, vitaminas y glucógeno. Sin embargo, varios desafíos amenazan las funciones hepáticas, como la contaminación por microorganismos patogénicos y micotoxinas. Las micotoxinas son sustancias tóxicas producidas por hongos comúnmente presentes en materias primas y alimentos para animales. Las aflatoxinas, fumonisinas y hasta la zearalenona se consideran fuentes de daños al hígado y pueden causar lesiones irreversibles”, describe el gerente de Biomin, empresa de soluciones naturales para la nutrición animal del grupo DSM.
Heck explica que algunas enfermedades causadas por virus y bacterias tienen una gran influencia en los problemas hepáticos. “La circovirosis es un ejemplo de enfermedad viral que provoca un fallo general del sistema inmunológico de cerdos, lo que puede causar hepatitis. Actualmente, la enfermedad es menos frecuente gracias al uso de vacunas. La leptospirosis es una enfermedad bacteriana transmitida por roedores. Los animales presentan signos clínicos como fiebre, hepatitis, nefritis y trastornos reproductivos. Pero, así como la circovirosis, sus daños pueden minimizarse a través de un protocolo adecuado de vacunación y control de roedores”.
Para los productores de cerdos, el mayor desafío es tener un diagnóstico correcto porque los signos clínicos de trastornos hepáticos sólo pueden detectarse cuando el órgano está muy comprometido. En ese caso, los animales se ponen pálidos y algunas partes del cuerpo toman un tono amarillento, a lo que técnicamente se denomina ictericia – la conjuntiva ocular (membrana mucosa que recubre el ojo) es el signo más común. Las canales y órganos que llegan al matadero con este tono se decomisan.
Las matrices requieren aún más atención. Augusto Heck afirma que uno de los momentos más críticos ocurre cerca del parto y durante la producción de leche debido a la alta demanda de energía para la realización de estas tareas. Este aumento hace que las hembras movilicen una parte importante de sus reservas corporales en forma de grasa y proteína, lo que causa cambios en el organismo que se conocen como estrés oxidativo. Como resultado, se tiene lechones débiles al nacimiento y una alta tasa de mortalidad. “La producción de leche también se ve afectada, lo que resulta en lechones destetados con bajo peso”.
Ante esta situación, los productores de cerdos necesitan hacer la gestión del escore corporal visual de las matrices durante la gestación y lactancia. “Mantener la condición ideal de las hembras durante la gestación permite tener un mayor consumo de alimento durante la lactancia, que es un período de alta demanda nutricional para la producción de leche. Debe estimularse el consumo a través de un mayor suministro diario de alimento en las horas más frescas del día, especialmente a partir de la segunda semana de lactancia. Si hay disponibilidad de mano de obra, recomiendo que se incluyan una o dos alimentaciones nocturnas”, comenta el especialista de Biomin.
Los aditivos naturales como los fitogénicos pueden ayudar a estimular el consumo de alimento, ya que hacen más atractivos su olor y sabor, además de favorecer la digestión del alimento y la absorción de nutrientes. “Esta es una herramienta accesible y muy interesante para reducir la movilización de las reservas corporales de las cerdas, incluso en condiciones de estrés por calor. Otro factor es el control de la temperatura ambiente con el fin de mejorar el confort de las matrices, ya que en las instalaciones para lechones se tienen escamoteadores. Los rangos de temperatura de confort de las hembras y lechones son muy distintos. La zona de confort térmico de las cerdas varía entre 16 y 22°C.”, completa.
Augusto Heck pide atención especial hacia la cantidad y calidad del agua ofrecida a los animales y recomienda el uso de bebederos con caudal de 2 litros de agua fresca/minuto (12 a 18°C) sin contaminación microbiológica.
“Debe ponerse más cuidado en el período posparto, sobre todo si se necesitó ayuda durante el parto. La presencia de inflamaciones e infecciones durante esta fase lleva a un retraso del pico de consumo de alimento durante la lactancia y provoca el adelgazamiento de los animales. No hay una solución única, sino que debemos combinar varias estrategias como el manejo ambiental, gestión de las micotoxinas, vacunación y manejo nutricional, que juntos pueden mejorar el desempeño de las cerdas y lechones”.
Dâmaris Dellova
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Foto por: Wenderson Araújo, CNA Brasil
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