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La Influenza porcina está entre las principales neumonías virales en granjas de cerdos. Las pérdidas son enormes.
05 September 2021Además de las medidas de bioseguridad, especialistas señalan la importancia de la recolección correcta de muestras para el éxito del diagnóstico de la enfermedad, que causa una alta tasa de morbilidad.
Con presencia en diversos países, la Influenza porcina es una enfermedad endémica que es motivo de gran preocupación de los mayores productores de cerdos, incluidos Brasil, Estados Unidos, Rusia y China. “Su ocurrencia resulta de una serie de factores, especialmente el ambiente y la genética.
Su fácil propagación requiere que nos mantengamos alertas durante todo el año, pero sobre todo cuando la temperatura disminuye (como en el momento actual), período en el que los registros de casos aumentan drásticamente”, informa Danielle Gava, MVZ de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA), en su presentación durante el webinar de Biomin sobre este tema.
Según Danielle Gava, comprender la estructura del virus y realizar el diagnóstico correcto resultan clave para el control de esta enfermedad, ya que se puede adoptar las medidas de control adecuadas y más eficaces con suficiente tiempo. “Dos proteínas son importantes para el modo de acción del virus de la Influenza: la hemaglutinina y la neuraminidasa. La hemaglutinina se sitúa en la capa más externa que es la envoltura del virus y es responsable del reconocimiento y unión del virus a las células del sistema respiratorio. Mientras tanto, la neuraminidasa remueve el ácido de la célula y permite que el virus recién sintetizado consiga brotar para invadir la próxima célula. Por lo tanto, ella también forma parte de la envoltura del virus”.
Los signos clínicos de la Influenza porcina son similares a los de la gripe en humanos. Los animales presentan fiebre y coriza, pero no se puede establecer un diagnóstico sólo basándose en los síntomas: es necesario realizar la recolección de muestras de manera adecuada y en el momento ideal.
Luego de la exposición al virus, es común que el animal presente fiebre alta durante las primeras 24 horas. El pico de excreción viral ocurre dentro de 48 horas: este es el momento ideal para detectar la enfermedad a partir de la secreción nasal o fluido oral. “Entre los 6 y 8 días se inicia el proceso de eliminación del virus del organismo y no se tiene la misma precisión para identificar la Influenza a partir de las muestras recogidas. Entre los 10 y 14 días ocurre el pico de seroconversión y los anticuerpos empiezan a detectarse. La reducción de la infección ocurre a partir de la novena semana”, explica la MVZ de EMBRAPA.
Augusto Heck, Gerente Técnico de Cerdos de BIOMIN, relata otros síntomas a los que deben estar atentos los productores de cerdos. “Se considera febril a todo animal con temperatura de 39,5ºC o más; y es común observar temperaturas de cerca de 42ºC en los animales que están contaminados. Otros síntomas incluyen secreción ocular y también una tos muy fuerte, llamada paroxística, que puede causar vómitos debido a su intensidad”.
Heck señala que la Influenza porcina es una de las principales causas de neumonía viral y en muchos sistemas de producción ha sido responsable del 100% de la tasa de morbilidad en cerdos, es decir, todos los animales expuestos se contaminan y causan la enfermedad. La comprensión de su modo de acción durante los últimos años ha llevado a importantes hallazgos sobre las mejores formas de enfrentarse a la enfermedad de una manera rápida y eficaz.
“La respuesta para el control y prevención de la Influenza está vinculada a la implementación de medidas estrictas de bioseguridad: observar las buenas prácticas de producción que incluyen una buena higiene, la ventilación de las instalaciones, y la limpieza y desinfección de las instalaciones entre diferentes lotes. Conviene prestar una atención especial a los nuevos animales que llegan al rebaño, especialmente las cerdas de reposición, además de evitar el contacto de los animales con otras especies y personas que presenten signos clínicos de gripe y estado febril. La vacunación de los animales y de los profesionales involucrados en el proceso de producción es fundamental para garantizar un buen estado sanitario de la granja y la salud de las personas”, completa el Gerente Técnico de BIOMIN.