UE y Canadá firman acuerdo CETA: consecuencias para industria porcina
Hace unos días, durante la XVI Cumbre entre la Unión Europea y Canadá, se firmó un acuerdo comercial histórico entre la Unión Europea y Canadá. El conocido como CETA, por sus siglas en inglés, finalmente se firmó el pasado 30 de octubre en Bruselas, tras el desbloqueo de la región belga de Valonia a la firma del tratado.
El objetivo del acuerdo, según el comunicado de la Comisión Europea, es beneficiar a pequeños y grandes exportadores, a través de la creación de oportunidades para empresas a ambos lados del Atlántico. Prácticamente todos los aranceles de importación desaparecerán (un 99 %), lo que estima la Comisión que ahorrará a los exportadores de productos agrarios e industriales más de 500 millones de euros al año.
Con respecto a los profesionales agrarios y de la producción alimentaria, la Comisión señala que tendrán nuevas oportunidades gracias al tratado, al mismo tiempo que se protegen las áreas más sensibles en la UE. Según la Comisión, solamente los productos y servicios que respeten en su totalidad las normativas de la UE tendrán acceso al mercado de la Unión.
Por otro lado, Stephen Howarth, director especialista en mercados de la británica AHDB, analizó las implicaciones directas del acuerdo para el mercado de la UE.
Por un lado, Canadá es el tercer mayor exportador de carne de cerdo del mundo, después de la Unión Europea y los Estados Unidos, pero los envíos a la UE han sido insignificantes en los últimos años.
Dentro del CETA, la carne de cerdo se ha clasificado como un producto sensible. Aunque el arancel sobre el producto será cero para el cerdo canadiense exportado a la UE, estará limitado por un sistema de contingente arancelario a unas 67.000 toneladas (en peso de producto). Se aumentará de manera gradual en un período de seis años, empezando a partir de la cuota actual de 4.625 toneladas para aumentar a unas 15.000 toneladas el primer año. Sin embargo, algunas barerras técnicas deberán solventarse antes de que puedan comenzar a realizarse envíos a gran escala.
Howarth también señala que el contingente arancelario final de Canadá equivale a solamente el 0,4 % del consumo total de la UE, pero los exportadores canadienses tendrán como objetivo los cortes que ofrecen más beneficios, sobre todo los jamones, así que las repercusiones para el mercado de la UE podrían ser mayores.
Además, Howarth señaló en un informe que la industria porcina canadiense está orientada a las exportaciones, dado que suponen dos tercios de la producción nacional. Por otro lado, los costos de producción para los productores canadienses son un 25 % más bajos que los de la UE, según los resultados de InterPIG.
En su informe, concluye que una vez que entre en vigor, habrá implicaciones importantes para los productores de carne de cerdo a ambos lados del Atlántico. En el caso de la UE, podría incluso ofrecer algunas indicaciones sobre el futuro y mayor impacto del TTIP con los Estados Unidos.
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