Cierre de plantas cogeneradoras complica el tratamiento de purines

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Cierre de plantas cogeneradoras complica el tratamiento de purines

31 March 2014

ESPAÑA - El reciente cierre de las cuatro únicas plantas cogeneradoras que usaban como combustible los purines de los cerdos situadas en Huesca, ha devuelto a primer plano el delicado problema que siempre ha representado la eliminación de los desechos porcinos.

Esta situación se ha producido después de que el Gobierno central anunciara la reducción en un 40% de las ayudas que recibían las instalaciones productoras de energía renovable mediante cogeneración y tratamiento de purines. Las empresas que las regentan alegan falta de rentabilidad, pero el Gobierno de Aragón confía en que si se introducen cambios en la normativa que prepara el Ejecutivo de Madrid y no se aplica la retroactividad, las cogeneradoras volverán a producir beneficios y se podrían reabrir las plantas de Binéfar, Tamarite, Monzón y Fraga.

Además, el propio Gobierno aragonés tiene en marcha un plan para abrir cuatro centros de tratamiento de purines, dos en Huesca y otros dos en Teruel, en las comarcas con mayor concentración de granjas de cerdos. Se trata de instalaciones muy necesarias, pues Aragón produce anualmente 47.000 toneladas de purines porcinos, con un impacto potencial enorme en la calidad de las aguas subterráneas.

Los sindicatos agrarios, como UAGA y Araga, sostienen que el aumento de la capacidad de las balsas en las explotaciones y el tradicional uso de los purines como abono agrícola evitarán que el problema se desborde, informa El Periódico de Aragón.

Pero las asociaciones ecologistas consideran que el cierre de las cogeneradoras, aunque gestionaban una mínima parte del estiércol líquido que producen los cerdos en la comunidad, acentuará la posibilidad de contaminación de los acuíferos.

"Hace unos años, se suavizó la normativa aragonesa para la instalación de granjas porcinas y la zona limítrofe con Cataluña se ha llenado de estas instalaciones", señala Paco Iturbe, de Ecologistas en Acción, que lamenta "el varapalo brutal" que han recibido las empresas de energías renovables.

Iturbe apunta que los purines tienen salida como abono "hasta cierto límite", pues su contenido en nitrógeno hace que, a partir de determinado umbral, se transformen en una sustancia contaminante. Por ello pide que se endurezca la normativa sobre instalación de granjas y que se facilite la labor de las plantas de cogeneración.

Para David Solano, secretario provincial de UAGA en Huesca, "los purines no son un problema". "Solo se pueden producir excedentes, de forma temporal, en determinadas comarcas con mucha cabaña porcina y poca tierra agrícola, además es en ciertas épocas del año", explica el sindicalista.

Jorge Valero, presidente de Araga, que agrupa a ganaderos y agricultores aragoneses, destaca el "valor económico" de los purines y apunta que, en las comarcas más afectadas (Bajo Cinca, Litera, Matarraña) algunos ganaderos deberán ampliar la capacidad de las balsas.

En su opinión y la de Solano, estos desechos no entrañan un problema medioambiental en Aragón. "Existe una normativa muy exigente y prolija que impide las concentraciones perjudiciales de purines", afirman desde el colectivo agrario. Los ganaderos, aseguran, cumplen la ley y siempre existe la salida de vender este subproducto a agricultores que utilizan el purín como abono, aunque el transporte encarece su uso.

Saturnino Barbé, también miembro de Ecologistas en Acción, considera que el cierre de las plantas de cogeneración es resultado de la "burbuja energética y de la política de recortes". "En años recientes, hasta el estallido de la crisis económica, se apostó muy fuerte por las renovables y estas adquirieron tanto auge que las compañías eléctricas han presionado para limitar toda esa nueva competencia", subraya el ecologista.

Del equipo de redacción de ElSitioPorcino

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