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Biodigestores contra contaminación de explotaciones porcinas
19 May 2015COLOMBIA - Los biodigestores reducen malos olores en las granjas. Su implementación tiene un costo de $2,0 millones, en promedio.
Según informa La Opinión, por décadas los criaderos de cerdos se han asociado a contaminación de fuentes hídricas y olores nauseabundos. Sin embargo, en Norte de Santander, se ha dado un paso gigantesco para cambiar ese hecho y convertir las porquerizas en espacios amigables con el medio ambiente.
Así, las heces de los cerdos se están utilizando para producir gas metano, con el que campesinos y productores de cerdos cocinan y habilitan sistemas de calefacción para los cerdos recién nacidos.
“La novedosa estrategia se está implementando con la asesoría de Corponor. Ahora en la granja hay un ambiente saludable y los beneficios ambientales son múltiples”, dice Luis Manuel Lima, porcicultor que implementó un biodiegestor en la granja La Inmaculada, vereda El Caimito, corregimiento Juan Frío de Villa del Rosario.
De acuerdo con el especialista de Corponor, Giovanni Bermont Galvis, para producir el gas se necesita construir un biodigestor, el cual es un contenedor hermético en forma horizontal y en el que se deposita material orgánico.
En las granjas porcícolas del departamento donde se implementa la iniciativa, el proceso inicia con la limpieza del corral donde los cerdos orinan y defecan.
El líquido que resulta de lavar los corrales se conduce por medio de tuberías al biodigestor, el cual tiene una caja inicial que filtra el agua y se almacena al interior de una gran construcción hermética.
“El biodigestor funciona como un sistema anaerobio, donde las bacterias transforman la materia orgánica en metano y este sale por el centro del biodigestor a través de una manguera, que está conectada a las cocinas o sistemas de calefacción”, dice Bermont Galvis.
Para que el biogás no cause explosiones por la acumulación del mismo, el biodigestor tiene un regulador de aire. Para ello se instala a la manguera un tubo y una botella plástica con agua, por donde se expulsa el gas que sobra y se mantiene el equilibrio del biodigestor. Al final del proceso se genera un lixiviado, el cual es bombeado para regar potreros.
A la par de la generación del gas, el excremento que queda en el lavado se deposita en lombricarios, donde las lombrices californianas lo descomponen y producen abono de alta calidad. Cuando las lombrices se reproducen en exceso, sirven como alimento para gallinas.
De esa forma las heces de los cerdos no son descargadas directamente a las fuentes de agua y los olores se minimizan.
La construcción del biodigestor depende del número de cerdos que exista en la granja. Para una con 50 animales el biodigestor puede tener, en promedio, 10 metros de largo por 2,5 de ancho.
De acuerdo con Bermont Galvis la vida útil de un biodigestor es de cinco años y para construirlo se requiere hacer una base de cemento, con una caja para el ingreso del líquido y un desagüe para el lixiviado.
En la parte superior se instala un plástico especial sellado herméticamente. Una vez listo deben pasar 22 días para que produzca gas.
“Hace cuatro años tenemos el biodigestor y se está produciendo más gas del que se consume. Estamos trabajando para envasarlo en cilindros y generar otra forma de aprovecharlo”, dijo Luis Manuel Lima, porcicultor.
La novedosa iniciativa avanza en dos frentes, asesorada por Corponor. De un lado se tiene un convenio con la Asociación Colombiana de Porcicultores y de otro se capacita a campesinos.
En el primer caso se han habilitado en Villa del Rosario, Chinácota, Pamplona y Salazar. Además, están por construirse en la granja Villa Marina de la Universidad de Pamplona y en el Instituto Superior de Educación Rural (Iser).
Para el segundo caso se concretó la instalación de 16 biodigestores en la zona rural de Salazar y se hacen avances con El Zulia, donde se crían cerdos con destino al mercado de Bucaramanga.
Del equipo de redacción de ElSitioPorcino