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Servicios climáticos diseñados a medida para agricultores, ganaderos y gestores forestales

04 December 2025

ESPAÑA - Cinco servicios climáticos diseñados a medida para agricultores, ganaderos y gestores forestales de la cuenca del Guadalquivir y el Guadiana. La comarca de Los Pedroches, al norte de Córdoba y situada entre las cuencas del Guadalquivir y del Guadiana, ha visto cómo el cambio climático golpea con fuerza su tejido productivo tras más de una década de lluvias por debajo de la media y temperaturas excepcionalmente altas.

  • Estos servicios incluyen mapas e indicadores para consultar las condiciones climáticas actuales, pasadas y futuras hasta el 2040, como cuándo lloverá, si habrá sequías u olas de calor o la disponibilidad de agua en los acuíferos.
  • Por ejemplo, los ganaderos pueden planificar las compras de forraje, los gestores forestales elegir las especies mejor adaptadas y los agricultores de olivares pueden saber si lloverá después de fertilizar y calcular la previsión en la producción de aceite, entre otras cosas.
  • Estas herramientas las han liderado el CREAF junto con la Universidad Complutense de Madrid en el marco del proyecto europeo I-CISK. Para hacerlo han contado con los propios actores del territorio para responder a sus necesidades.

En este territorio, donde la economía depende de la ganadería vinculada a la dehesa -cerdo ibérico, vacuno de carne, caprinos, ovinos-, al olivar y a explotaciones semi-intensivas de vacas lecheras, entre otros sectores, un equipo de investigadores del CREAF y de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha desarrollado un conjunto de herramientas climáticas que permiten a agricultores, ganaderos y gestores forestales anticiparse a escenarios futuros de temperatura, lluvia y sequía, y así tomar decisiones más informadas. Lo han hecho en el marco del proyecto Europeo I-CISK.

Estos servicios se han creado junto con los propios actores del territorio, en un proceso de co-creación que ha sido clave para adaptarlos a las necesidades reales del campo. “Una de las características más singulares de este proyecto es que hemos diseñado las herramientas mano a mano con diversas cooperativas agrícolas y ganaderas de la zona, así como con gestores forestales; por tanto, responden a necesidades muy concretas del territorio. Para saber exactamente qué necesitaban, hemos organizado sobre el terreno diversos living labs —espacios de co-creación—”, destaca Lluís Pesquer, investigador del CREAF, miembro del equipo GRUMETS y co-coordinador del caso de estudio en España, informa CREAF.

Por ejemplo, los ganaderos pueden planificar las compras de forraje en función de la previsión de las condiciones climáticas que puedan afectar el crecimiento y la producción de pasto disponible. Los gestores forestales y de parques naturales disponen de datos para planificar las replantaciones; por ejemplo, pueden anticipar cómo variarán la humedad y la temperatura en los próximos años y, de esta manera, ajustar el número de árboles que deben replantarse y elegir las especies con mayor capacidad de adaptación climática, entre otras cosas. Por su parte, los agricultores de olivares pueden saber si lloverá después de fertilizar, identificar períodos críticos de calor que pueden dañar la floración, anticipar episodios extremos y calcular la previsión en la producción de aceite.

La lluvia, el calor y la producción de aceituna hasta 2040

A partir de datos meteorológicos, modelos climáticos e información local, el equipo ha creado mapas e indicadores que permiten consultar las condiciones climáticas actuales, pasadas y futuras hasta el 2040. En total se han diseñado cinco servicios climáticos que permiten a los usuarios seleccionar variables y meses concretos para saber, por ejemplo, cuándo es más probable que llueva, si habrá olas de calor consecutivas o días secos seguidos. También pueden consultarse datos puntuales y mapas climáticos históricos entre 2000 y 2025.

Además, la plataforma también recoge los datos disponibles sobre el funcionamiento del acuífero local, como la altura del nivel del agua subterránea y la presencia de manantiales. “Para tomar decisiones, agricultores y ganaderos no solo necesitan predicciones futuras” indica Lucia De Stefano, investigadora de la UCM “también quieren entender el presente en relación con el pasado y cómo el clima y los recursos naturales están evolucionando en su comarca”.

“Aunque hemos usado bases de datos existentes como AEMET o Copernicus, este nivel de detalle no existe en ningún servicio público de forma tan centralizada y adaptada a las necesidades de una región. Para utilizarlo no hace falta ningún conocimiento técnico”, explica Pesquer.

Otro de los resultados más destacados es una herramienta para predecir la producción futura de aceituna en la zona de Los Pedroches. En concreto, el modelo genera mapas que indican qué parcelas podrían sufrir descensos en la cosecha en los próximos años. Según el equipo, es uno de los servicios que se han hecho desde cero y aporta información muy valiosa para que los agricultores puedan anticiparse y valorar inversiones.

En este proceso de co-creación han participado las entidades locales OLIPE, COVAP, CICAP, IFAPA, Adroches, el Parque Natural de Cardeña y Montoro, el Centro de Experimentación Forestal de Cazorla, la Federación Andaluza de Caza y las confederaciones hidrográficas del Guadiana y del Guadalquivir. “El trabajo con algunos de estos actores continúa con el proyecto MONALISA, que también opera en Córdoba para combatir, en este caso, la desertificación”, explica Ester Prat, investigadora del CREAF y miembro del equipo GRUMETS.

Living labs climáticos en siete países

Además de España, el proyecto I-CISK ha operado en otras regiones de Europa y África muy vulnerables al cambio climático, cada una con retos propios. Por ejemplo, en Italia, la región de Emilia-Romaña afronta gran variabilidad de lluvia y temperatura que dificulta la gestión de los embalses. En los Países Bajos, Rijnland, un delta expuesto, sufre inundaciones, intrusión salina y sequías. En Grecia, la isla de Creta ve cómo el turismo y las infraestructuras se ven perjudicados por más calor, menos lluvia y más temporales. En Budapest (Hungría), las islas de calor urbanas afectan a la salud, el consumo energético y el turismo.

En el este de Georgia, la cuenca del río Alazani padece sequías e inundaciones que impactan la agricultura, la energía hidroeléctrica y el abastecimiento de agua. En cuanto al África austral, el living lab de Lesotho se centra en comunidades vulnerables a sequías recurrentes que comprometen la agricultura de secano y la ganadería.

El proyecto I-CISK, ha finalizado recientemente y lo ha coordinado el IHE Delft Institute for Water Education (Países Bajos). Además, reúne un consorcio de instituciones de 13 países, entre ellas el Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Medio Plazo (ECMWF), el Swedish Meteorological and Hydrological Institute (SMHI) y la iniciativa 52°North. En el caso de estudio en España en Los Pedroches, han participado los investigadores del CREAF Lluís Pesquer, Cristina Domingo, Ester Prat, Annelies Broekman, Amanda Batlle y Joan Masó, junto a las investigadoras de la Universidad Complutense de Madrid Lucia De Stefano, Nuria Hernández-Mora Zapata, y Nikoletta Ropero.

Del equipo de redacción de ElSitioPorcino



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