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Crean cadena de valor en torno a complejo forrajero-ganadero y agroindustria

09 October 2014

MÉXICO - El año pasado en la Comarca Lagunera se cosecharon 169 mil hectáreas de cultivo, de las cuales el 60 por ciento se cultivó con agua de bombeo (102 mil ha), el 21 por ciento con agua de gravedad (36 mil ha), y el restante 18 por ciento bajo condiciones de temporal (30 mil ha); del total cosechado el 68 por ciento se destinó a producir forrajes (115 mil ha) de los cuales casi 39 mil ha fueron de alfalfa. Nuestra agricultura regional cultiva más de dos tercios de su superficie agrícola para producir forrajes.

Lo anterior responde al proceso de ganaderización que ocurre en la región desde hace medio siglo, donde la agricultura es la base la actividad ganadera que alimenta, por cierto con déficit de modo tal que requiere importar forrajes y granos de otras zonas agrícolas, más de 25 millones de cabezas de aves, ovinocaprinos, porcinos y bovinos de leche y carne, que a su vez proveen de carne, leche, huevo y otros subproductos que sustentan el complejo agroindustrial, principalmente avícola, lechero y próximamente de carne, que constituyen uno de los ejes clave de la economía lagunera.

En ese año sólo la producción agropecuaria aporta el nueve por ciento del Producto Interno Bruto regional, porcentaje que se eleva a una cuarta parte si se le agrega la producción agroindustrial, situación que indica, por un lado, el tipo de especialización productiva que adoptó el sector agropecuario lagunero después de la debacle algodonera, y por el otro, destaca un importante crecimiento económico reflejado en la integración de la cadena de valor que se ha creado en torno a este complejo forrajero-ganadero y agroindustrial.

Complementariamente, estas actividades han sido el soporte de acumulación de capital no sólo dentro del sector primario y agroindustrial, sino de aquellos en los que se ha diversificado la economía regional como son servicios financieros, aviación, hotelería, gastronomía, comercio y otros a través de negocios locales, franquicias externas o adquisición de empresas en otras partes del país y el extranjero, reporta El Siglo de Torreón.

Lo cierto es que este crecimiento económico que ha concentrado la riqueza derivada de estas actividades tiene su contraparte en la desigualdad social que le acompaña, como lo expresan los datos de Coneval, que para 2010 registran un 36 por ciento de los 1.5 millones de habitantes residentes en los quince municipios laguneros, en condiciones de pobreza y otro casi cinco por ciento en extrema pobreza, situación que no debe haber cambiado mucho considerando la escasez de inversiones, que sí se aplican en las capitales de los estados, y la inseguridad que ocurren en los últimos años.

Además, el crecimiento económico regional ha provocado un grave deterioro ambiental, ya que la gestión que se ha realizado de recursos clave para que este ocurra, tales como el suelo (agrícola y no agrícola), el aire, la biodiversidad y, en forma relevante, el agua, están sufriendo una presión humana que evidencia un serio déficit de gestión gubernamental y estimula una mayor participación ciudadana.

A la par de los graves problemas económicos y sociales que se reflejan en la falta de empleo y la inseguridad que nos ha afectado a los laguneros, tenemos en puerta también crisis ambientales que, cultural y políticamente, no queremos reconocer y resolverlas de manera estructural, no sólo parcial y temporalmente porque se vuelven recurrentes, porque exige modificar las bases del modelo de desarrollo regional.

En fin, lo anterior obliga una reflexión sobre la viabilidad de La Laguna como región, ya que el reto que inevitablemente enfrentamos es de reorientar su desarrollo, cambiar el modelo en que éste se ha basado, por otro que dé mejores oportunidades económicas a la población lagunera y reduzcan la desigualdad social vigente, pero que también sean más amigables con el ambiente. Son retos para aquellos que toman decisiones sobre el uso de los recursos como para quienes lo regulan, pero sobre todo lo es para los ciudadanos, principales beneficiados o perjudicados de esas decisiones.

Del equipo de redacción de ElSitioPorcino



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